El Riesgo al Invertir: Cómo hacemos para controlarlo

¿Es riesgoso invertir? ¿Exactamente cuánto riesgo corro cuando tomo la decisión de hacerlo?  

La respuesta a esta pregunta podemos dividirla en dos partes: por un lado, cuando comprometemos nuestro capital en una inversión, efectivamente estamos corriendo cierto riesgo. Este riesgo es precisamente la razón por la que esperamos ganar, esperamos “que se nos pague”. Pero lo que es importante entender es que este riesgo no es azaroso ni escapa completamente a nuestra voluntad, sino que se puede medir, controlar y minimizar. Y a esto es a lo que nos dedicamos en Quiena: a encontrar mecanismos para controlar el riesgo de las inversiones, lo que trae como resultado la minimización de ese riesgo, y la maximización de los rendimientos.

De qué hablamos cuando hablamos de riesgo


Primero que nada, entendamos mejor a qué nos referimos cuando decimos riesgo. Para la mayoría de los activos (ciertamente todos los que usamos en Quiena Inversiones), el riesgo se puede entender como volatilidad, es decir la variación del valor del activo a lo largo del tiempo, sea este oro, petróleo, soja, bonos, bienes inmobiliarios o acciones. Está claro que ninguno de estos activos va a perder todo su valor. Siempre valdrán algo, lo que significa que es imposible perder todo el dinero invertido. Pero hay más: en el largo plazo, el valor de todos los activos sube. Esto es lo que nos demuestra la evidencia histórica. Habiendo entendido este punto, podemos dar una definición más precisa de qué es el riesgo: es la posibilidad de que, en el corto plazo, los activos en los que invertimos pierdan una parte de su valor. Por el contrario, si pensamos en el mediano y largo plazo, estos activos siempre valdrán más y escalarán hasta un nuevo máximo, lo que significa que habremos ganado.  

Cómo medir el riesgo


Las personas podemos tolerar grados distintos de riesgo. Para algunos, la pérdida de un 20% o 30% del valor de los activos en los que invirtió puede resultar aceptable, sabiendo que se trata de algo pasajero y que después volverán a subir. Otros prefieren evitar ese nivel de riesgo. Por eso, para poder realizar inversiones optimizadas de acuerdo a los niveles de riesgo que cada persona es capaz de aceptar, es necesario recurrir a métodos de medición del riesgo.  

Método 1: Volatilidad


Para calcular la volatilidad, utilizamos una medida estadística llamada “desviación estándar de los retornos”. Sí, suena muy técnico, y lo es, pero tratemos de ponerlo en términos simples: básicamente, se trata de cuánto se aleja (hacia arriba o hacia abajo) el valor de un conjunto de activos en relación a su promedio a lo largo del tiempo. Cuando analizamos la diferencia entre un portafolio agresivo con mayor riesgo, y uno más conservador, veremos que el primero tendrá mayor volatilidad, pero al mismo tiempo ofrecerá mejores retornos.

Método 2: Máxima pérdida histórica


Esta es una medida que puede resultar más sencilla de entender. Es la pérdida de valor más grande que un portafolio de Quiena haya tenido en las últimas décadas (aclaremos que, si bien la historia de Quiena comienza hace pocos años, podemos calcular el valor de nuestros portafolios proyectando sus valores en el pasado). Esto nos da una idea de cuánto podemos esperar perder en “el peor escenario posible”. Por supuesto, estos portafolios se recuperaron de un año al otro, precisamente por lo que decíamos al principio de este artículo: todos los activos tienden a subir en el mediano y largo plazo.  

Lo que observamos con este método es que si invertimos US$ 10.000, podemos esperar que en el peor de los casos nuestra cuenta baje a un valor de US$7.575, antes de volver a subir y superar el valor original para alcanzar un nuevo máximo.  

En la plataforma de Quiena nuestros usuarios pueden encontrar un simulador de su portafolio durante la crisis de 2008, y observar cómo se hubiera comportado su inversión durante ese tiempo. Nuevamente, verán que en ese momento el portafolio sufrió una pérdida, pero que en los meses siguientes se recuperó y pronto alcanzó un nuevo máximo.  

Esperamos que este artículo te haya servido para comprender mejor en qué consiste el riesgo al invertir, y de qué manera podemos medir y controlar ese riesgo para hacer que tus inversiones sean seguras y rentables. Si querés conocer con más detalle cómo invertimos en Quiena, te recomendamos que leas nuestro artículo sobre la Estrategia de Inversión de Quiena.  

En Quiena hay un equipo de expertos que trabaja 365 días al año para ayudarte a invertir de forma óptima, simple y segura. Si tenés sugerencias, pedidos o consultas que te servirían para este objetivo, escribinos a info@quiena.com y recibirás una respuesta de nuestro equipo.  

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